En Casa-U creemos que todas las personas merecen sentirse seguras, respetadas y escuchadas. Reconocemos que este trabajo ocurre dentro de contextos históricos y sociales complejos, y nos comprometemos a reflexionar continuamente sobre nuestro papel en la construcción de espacios más justos para refugiados, migrantes y toda nuestra comunidad.
Nos esforzamos por ser un espacio abierto y colaborativo, donde cada persona pueda aportar, aprender y participar sin temor a discriminación o violencia. En Casa-U, valoramos la solidaridad, la empatía y el respeto mutuo, y esperamos que todos quienes formen parte de nuestra organización contribuyan a mantener estos principios.
Reconocemos que los prejuicios, la discriminación y cualquier forma de violencia no tienen lugar en Casa-U. Al mismo tiempo, sabemos que mantener un espacio seguro requiere reflexión constante y apertura a la crítica. Los términos “espacios seguros” e “inclusivos” no son condiciones estáticas ni perfectas; son objetivos hacia los cuales trabajamos colectivamente cada día.